Nereydas inaugura el Ciclo de Adviento de la SMR de Cuenca
06/12/21
Revista Ritmo. Simón Andueza
Concierto de Nereydas en la Catedral de Cuenca. Ciclo de Adviento de la Semana de Música Religiosa. Nereydas. Obras de Haendel y Zelenka.
(… La Orquesta Nereydas apareció en escena para interpretar un acertadísimo preludio a la velada, la magistral Obertura hendeliana de la Oda a Santa Cecilia HWV 76. Desde este primer momento ya se mostraron muchas cualidades de lo que se avecinaba, primeramente un compromiso total con la música desde cada uno de los atriles, así como la trabajada forma asignada a cada motivo musical, como los fugatos de la segunda sección, desempeñados de un mismo modo por todas las secciones, siempre desde una visión serena, sobria y exigente comandada por Illán, denotando su personal versión de esta pieza.
Con el coro ya presente, pudimos deleitarnos con una de esas fabulosas piezas que difícilmente se escuchan en un escenario español, el Dixit Dominus del compositor bohemio Jan Dismas Zelenka, genio musical reivindicado desde hace mucho tiempo por Ulises Illán,(…) Nereydas exhibió una cuerda de sopranos de una sonoridad fantástica con de afinación y empaste impecables, ayudadas por su composición, 6 personas, el doble que las demás secciones en una obra ideada para 4 partes en el coro.
(…) Prosiguió con la obra central del programa, el Dixit Dominus de George Friedrich Haendel, monumental composición que no deja de asombrarnos en cada escucha por los innumerables detalles y genialidades ideadas por tan joven compositor.
(…) Esta obra maestra termina con la doble fuga Gloria Patri et Filio et Spiritui sancto, que pone justicia a tan desbordante imaginación con una música de una gran complejidad y monumentalidad de gran exigencia para todos los intérpretes, que mostró el gran trabajo desarrollado por todos para este concierto, comenzando por el entusiasta Ulises Illán, quien en todo momento controló los fraseos, los crescendi y diminuendi y la vital y expresiva interpretación. Tanto coro como orquesta respondieron ejemplarmente a las exigencias de su director, quienes acabaron en una frenética última exposición de la fuga a doble tempo, capricho interpretativo que funcionó excepcionalmente para concluir de un modo brillante la interpretación.
Ante los continuos aplausos del público, los músicos ofrecieron el comienzo de otra obra de Jan Dismas Zelenka, el formidable primer coro de su Miserere, que dejó a la audiencia con ganas de más por su belleza y espectacularidad.